Esta fue la respuesta que emití en el blog de mi IES a una entrada sobre el uso del pañuelo musulmán, aquí la entrada.
Querida Paloma,
estoy contigo, me gusta el tono de tu razonamiento, creo que todos debemos mirarnos al espejo, antes de hacer el retrato de otros, para así tener claro lo que somos y no juzgar lo que desconocemos.
En mi opinión, permitiría la entrada de una alumna musulmana con pañuelo en la cabeza, y ahí pondría el límite, no permitiría el uso de cualquier indumentaria que la cubriera la cara, por la misma razón que no permito el uso de las gafas de sol en clase, bufandas tipo “braga”… me gusta conocer a quien conmigo está.
En mi cultura, el uso de gorros o similar ante alguien con más autoridad, o dentro de un lugar cerrado, está restringido. Los judíos sin embargo cubren parte de su cabeza, al menos los hombres dentro de la sinagoga, al contrario que los cristianos varones, que se la descubren.
Entiendo pues, que la cultura de cada uno, a veces creada entorno a una religión, que no por ésta misma, pueda hacer variar la indumentaria de cada uno, dependiendo de su origen. La convivencia entre culturas, la interculturalidad, debe primar cuando las costumbres de indumentaria se contraponen, y dejar a un margen éstas, relativizándolas, para que se ponga en primer lugar la mejora de la convivencia, la integración…
Por eso, cuando hay debates sobre simbología religiosa individual, siempre pongo por delante, la libertad de uno mismo, entendiendo por ello, que si yo llevara un crucifijo colgado al cuello, nadie juzgaría que con ello estoy adoctrinando a mis alumnos.
El problema es, cuando cualquier cosa puede ser objeto de símbolo de identidad, si yo opto por llevar la ropa interior sobre la ropa exterior, diciendo con ello que me identifico con Superman, ¿crearía eso un problema de escándalo? ¿sería motivo de expulsión de mi centro de trabajo?.
En relación a la indumentaria en centros educativos, es posible que se contraríe la libertad individual, en pro de valores esenciales, se me ocurren muchos ejemplos en los que niños hacen cosas, algunas fuera totalmente del protocolo, por otros, simplemente para ser aceptados, ¿debemos para no contrariar no denunciar que eso no es adecuado para él mismo…?
Creo que las normas están para cumplirse, pero estas deben adaptarse al contexto determinado de nuestra sociedad. Para este ejemplo no es lo mismo, si hablamos de Ceuta y Melilla, que si hablamos de Asturias, donde el % de población musulmana varía.
Si leemos la orden de convivencia, en relación a los símbolos, es gravemente perjudicial para la convivencia:
“ Exhibir símbolos racistas, que inciten a la violencia, o de emblemas que atenten contra la dignidad de las personas y los derechos humanos; así como la manifestación de ideologías que preconicen el empleo de la violencia, la apología de los comportamientos xenófobos o del terrorismo. “
¿Quién interpreta los símbolos para decir que atentan contra la dignidad de las personas, incluyéndose a uno mismo?
En el caso de Pozuelo, fue el Consejo Escolar, el que decidió. Las normas de convivencia son aprobadas por este organismo.
Cuando el consejo escolar es no multicultural, la interpretación de la norma está sujeto a las culturas de quienes allí son representantes. Eso ha traído el conflicto a Pozuelo, el representante no representa los intereses de una minoría, es por tanto difícil que pueda juzgar con los mismos parámetros.
Por ese motivo, cuando se aprueban las normas, no sólo hay que atender a la ley, si no al contexto en el que se debe desarrollar, la misma.
Pero hablemos del tema central del artículo, el velo y otros accesorios de la mujer.
En relación a la mujer y los accesorios que utiliza: el uso de cualquier indumentaria que nos haga diferentes por ser mujeres, en esta y otras culturas, no debe ser ensalzado, y menos aun por lo hombres que no los usan, nuestra identidad como mujeres no se limita a unos tacones, a unos pendientes o a un velo en la cabeza. Nuestra identidad como mujeres, está por encima de todo eso. No deberíamos permitir que nadie nos juzgara por lo que ven que somos , sino por lo que hacemos.
Estoy segura que coincidirás conmigo en que….
• Mis hijas, y las de otros, no están monísimas porque lleven pendientes, que no los llevan, creo que están monísimas, porque todos los bebés del mundo lo son, no necesitan ese accesorio, además todas la madres y padres se sienten orgullosos de sus bebés.
• Quien no usa tacones, está tan bella como quien hace sufrir sus tobillos, ya que la naturalidad de los andares de una mujer, es aveces, inigualable.
• Llevar un velo en la cabeza, puede ser un signo de identidad, o puede que cubrirse la cabeza no le parezca bien al varón de turno que está cerca de esa mujer que lo lleva, o puede que la mujer que lo lleva necesite llevarlo para sentirse bien con ella misma.
Por otro lado, creo que se nos escapa algo esencial. El mundo occidental y el árabe han sido desarrollados, sobre todo políticamente por hombres. Las mujeres, que han participado en esta construcción, que las hay y muchas, sobre todo en el mundo árabe, han sido ninguneadas tanto por los machistas árabes, como por los machistas occidentales. Ningún historiador nos habla de las mujeres que fueron importantes en estos quince siglos, durante los cuales el Islam se ha desarrollado…
Por lo tanto, no olvidemos que la indumentaria es un accesorio, que lo importante está bajo el cabello y no sobre él, que nuestras alumnas, nuestras hijas, no se merecen que los debates también cubran su futuro.
Te paso un link a un artículo sobre la mujer árabe (http://www.mundoarabe.org/mujer_arabe2.htm), espero que su lectura recuerde que la libertad de la mujer depende de ella y por desgracia de su entorno.
Un saludo a todos y a todas.
Mercedes García
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