3 de septiembre, primer día del curso escolar para un docente, primer examen de evaluación extraordinaria de matemáticas de septiembre, 15h, unos 200 alumnos de 1º, 2º de ESO y II BACH, esperando para sacar lo "mejor" de sí mismos, y 5 profesores, la mitad de los alumnos ya llenan 3 aulas , un profesor se queda en bachillerato y el resto de los alumnos son de ¡¡¡1º DE LA ESO!!!...
No sé como me las apaño, ¡¡¡qué pardilla!!!, pero estoy sola con todos los alumnos de 1º que han tenido a bien venir a esta hora del día a presentarse a un examen, los abro la biblioteca, y una vez dentro, observando que estamos como piojos en costura, ya sentados, pienso: "Si al menos aprueban copiando..."
Tras 10 minutos pidiendo, "aclamando" silencio, mi compañero, que sube y baja de un piso a otro con las pruebas escritas, decide pidamos se marchen a todos los que hablen y claramente no tengan disposición para hacer la prueba, en fin... si me pongo se marchan más de la mitad,...
Se va una mesa entera, 7 alumnos, sin embargo, muchos más están impasibles ante la prueba, ...
Pasados los primeros 60 minutos, las preguntas entorno al examen me muestran el poco interés o desconocimiento sobre lo más mínimo de nuestra asignatura, ¿¿¿qué narices les pasa???
Pasada la tarde y dos cursos corregidos, solo tengo un aprobado.... (de un total 25).
Y ahora, me pregunto: ¿sirven para algo las pruebas de septiembre?
Muchos, que recordamos nuestra vida escolar, pensábamos que sí, ahora tras 10 años, y unas 8 pruebas extraordinarias, me doy cuenta, que en centros como el mío, NO SIRVEN.
¿Qué alternativa tenemos?
Durante años se ha venido demostrando que en la mayoría de los centros escolares las pruebas extraordinarias de septiembre no nos ofrecen los resultados esperados, durante muchos años estas pruebas, llamadas extraordinarias se realizaban en junio, y entonces ya tampoco servían.
Yo fui de las que en el pasado estaba a favor de estas pruebas, pero, tras 8 años realizándolas, nunca he sentido, o rara vez, la satisfacción de haber recuperado a un alumno, y sí sin embargo tener la certeza de que la mayoría me demuestra haber empeorado, sobre todo en el primer ciclo de la ESO, con alumnado de 13 a 15 años. NO estudian o básicamente no están preparados en su entorno para asumir el trabajo en la época estival, o simplemente abandonan. Así que o cambiamos la sociedad o cambiamos el sistema, creo que la 2ª opción es más realista... Para en el futuro conseguir la primera.
Es que recuperar en dos meses lo que no has hecho en un año, no es fácil, es más, sin el esfuerzo necesario y reclamado en 9 meses, menos aún.
Como alternativa, está el trabajo obligatorio antes del siguiente curso, está el determinar realmente y a tiempo, ¿por qué no superamos un área? y simplemente el curso siguiente iniciar un proceso de recuperación y refuerzo para superar este área. Pero un VERDADERO proceso.
Otra opción es volver a adelantar la extraordinaria a final de curso, como en Valencia. Y no hacer nada más. Pero esto TAMPOCO FUNCIONARÍA. Porque la evaluación es un proceso continuo, y sólo un examen no determina nada, ni todo a la vez.
Así, que se admiten propuestas, ahora que las piden desde el ministerio de educación, para su nueva LOMCE.
Y aunque no nos hagan caso, los profesionales SON y AQUÍ ESTÁN.
¡¡¡FELIZ VUELTA A TODOS!!!
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